Por: Alfredo Vicente
chentegt@yahoo.com
La siguiente entrevista se publicó originalmente en el 2024, en el portal de reggae Reggae Vibes, en el marco del estreno de la película Bob Marley: One Love; por ello, la referencia en tiempo y a una persona conocida de ese medio.
El escritor, cronista, actor y conferencista Roger Steffens, conocido por tener la colección más grande de material de Bob Marley, se abre acerca de lo que significó para él recopilar en un libro la historia hablada de la leyenda del reggae, comparte su franca opinión sobre la reciente película One Love, y anuncia que el nuevo hogar de su famoso archivo será Jamaica.
Nunca dejarán de sorprenderme las historias de cómo los amantes del reggae hemos descubierto esta música. Todos nosotros tenemos algo en común, y es que hay cierta mística en todo lo relacionado con el género, con Jamaica y, por supuesto, con la vida de su mayor representante, Bob Marley, que nos cautiva desde que escuchamos o leemos algo al respecto por primera vez.
Así pasó también con el protagonista de esta entrevista: el archivista, actor, conferencista, escritor y quizás el mayor cronista de reggae en el mundo, el estadounidense Roger Steffens (Nueva York, 1942), de quien, cuando leí recientemente la historia de cómo se enamoró de esa música, sabía que tenía que entrevistarlo.
Steffens, allí por comienzos de la década de 1970, leyó un artículo en la revista Rolling Stone que daba una descripción tan peculiar e intensa del reggae que quedó prendido con la idea de conocer más sobre esa música y viajó a Jamaica: “La música reggae se introduce en tu torrente sanguíneo como una ameba vampírica procedente de los rápidos psíquicos de la conciencia del Alto Níger”.
Desde entonces, a lo largo de su vida, Steffens no solo ha llegado a amasar en su residencia en Los Ángeles, Estados Unidos, la mayor colección de música de Marley en el mundo (amplio catálogo sobre el cual ya publicó un libro), sino que hace 50 años tuvo la oportunidad de acompañar de gira a Bob Marley en EE. UU. También condujo un programa radial cuyo primer invitado fue el mismísimo rey del reggae, y a lo largo de estas décadas ha dedicado su vida a resguardar el legado de Marley y de muchos otros artistas.
Ahora bien, su verdadera obra maestra es el libro del 2017 So Much Things to Say (Tanto que decir, para el mercado latinoamericano), un retrato hablado de Bob Marley que, a diferencia de las típicas biografías, recopila entrevistas con más de 70 personas que formaron parte de la vida del músico, desde su mamá hasta el hombre que le enseñó a cantar. Un material que reproduce, sin censura, y sin arreglos, en voces de cada protagonista, su propia versión de la vida del astro del reggae.
Este trabajo conllevó décadas de grabaciones con gente que incluso ya falleció. Es una narración que busca ser lo más objetiva posible, y que le brinda al lector el material en crudo para que él mismo haga su juicio sobre la vida de Marley.
En esta cándida conversación, en la que Steffens se abre como si fuera un amigo que uno conoce desde hace varios años, el famoso historiador nos cuenta lo que para él ha significado su libro, nos da sus impresiones sobre reciente película One Love, basada en una etapa de la vida de Marley, y nos anuncia que su famoso archivo de reggae tendrá pronto un nuevo hogar en Jamaica.
Cuando era niño leí un artículo sobre Jamaica y el reggae en una revista de viajes. En aquel entonces vivía en Cuba y me llamó mucho la atención lo que me transmitían esas páginas, así que una vez que mi mamá viajó a Miami, Estados Unidos, me trajo mis primeros discos de Bob Marley: Legend, y otro de The Wailers de una disquera llamada Mango…
Era la disquera de Chris Blackwell para publicar reggae en EE. UU. Eso fue de la época en que trabajé para él. Fui el director nacional de Promociones de Island Records a principios de los 80, justo después de que Bob falleciera. Hice Confrontation, Night Nurse, y también trabajé con King Sunny Ade, el chico de Nigeria, que era mi proyecto. Confrontation fue mi siguiente disco.

Cuando vine a Guatemala, una vez en una tienda de discos me compré Confrontation y, de hecho, es uno de mis favoritos.
Sí, hay muchas cosas buenas ahí (en el álbum). Era el disco favorito de Wya Lindo, tecladista de Bob Marley.
Para resumir mi introducción: a mi amigo Estuardo (Alvarado) de la radio Reggae Vibes le pasó algo similar, ya que su papá tenía discos de vinilos de Marley y de reggae y él los escuchaba de pequeño y se fue enamorando de esa música…. cómo te pasó a ti con ese artículo de Rolling Stone. Así que mi primera pregunta es la siguiente: ¿Crees que hay algo especial, alguna atracción o algo místico del reggae que hace que la gente quede fascinada con esa música?, ¿a qué crees que se deba esto?
Lo primero que te atrapa es físico, porque el ritmo del reggae es el ritmo de un corazón humano saludable en reposo. ¿Quién no tiene latidos? Lo llevas en el útero antes incluso de que salgas. Es lo que escuchas en el útero. Así que la atracción al ritmo del corazón atraviese todas las líneas: genéticas, nacionales, raciales, todo. Y luego añades dos cosas: principalmente, el hecho de que es una música revolucionaria que llama al opresor a ser destruido por siempre por el poder del amor, a través del poder de Jah Rastafari; pero también rinde homenaje a la yerba sagrada de Jah, la marihuana. ¿Y qué adolescente rebelde en cualquier país va a resistir la atracción de una gran música bailable y la marihuana para guiarte a través de las experiencias a las que te lleva? Es así de simple.
Si vas a Dubái, a Bali, a Transilvania… si hay alguien usando una camiseta de Bob Marley, eso ya me dice mucho de él: fuma yerba, le encanta la música y quiere cambiar el mundo para que sea un mejor lugar; y probablemente lleva alguna práctica espiritual, desde el budismo hasta el yoga, o una simple meditación diaria.
Tú sabes, eso es lo que Bob decía en muchas de sus entrevistas: el alcohol te emborracha, te marea. La yerba te hace pensar. Y cuando Hank Holmes y yo comenzamos con nuestro programa de reggae, se convirtió en el primer show de este género en la radio en Los Ángeles (EE. UU.), y nuestro primer invitado fue Bob Marley.
Tuvimos la oportunidad de pasar dos semanas en la carretera con Bob durante su tour de Survival, en 1979. Y le preguntamos qué era lo que creía que debíamos saber acerca de tener esta responsabilidad de transmitir su mensaje y el de los artistas rastafaris que nos gustaban a Hank y a mí… lejos de las tonterías, sin esa porquería del dance hall. Y él decía, tocándose el cráneo: “Esta música no es solo para entretenimiento. Es para educación”.
En aquella época, a ese concepto se le llamaba edutainment (entretenimiento educativo). Es educativo, pero puedes disfrutarlo al mismo tiempo; no hay razón para que no puedas bailar con ello.
Sí… de alguna manera, no puedes separar en el reggae lo espiritual de lo político y la protesta, ¿tú qué piensas?
Es música de protesta, absolutamente. Y durante la guerra civil en tu país vecino (Nicaragua), ambos bandos batallaban escuchando música de Bob Marley: los contras y los sandinistas.
Sí, son elementos inseparables… de hecho, ahora que lo dices, hay muchas similitudes entre lo que escribía Bob en la década de 1970 acerca de lo que pasaba en el ámbito político en Jamaica en aquel entonces, como la violencia, el tema electoral y todo eso, que aún aplica para países en la actualidad, como ocurrió hace unos meses aquí (en Guatemala) con las elecciones. Y si hablamos de épocas históricas, también el asunto de la CIA que menciona Bob lo puedes relacionar con cómo la CIA, de hecho, colaboró para derrocar un gobierno, el de (Jacobo) Árbenz en Guatemala… (Steffens asiente, indicando que conoce el trasfondo). ¿Cómo es que esas letras siguen resonando hoy en día?
Bueno, Bob escribía letras universales. Era un hombre de la tierra. Si le preguntabas, incluso al final de su vida, qué era él, respondía: “Soy un granjero”.
Le encantaba dormir en el suelo con una roca como almohada. Eso no solo fue parte de una letra y una canción: era algo diario.
Y ni siquiera tuvo cama de verdad hasta unos 18 meses antes de morir, cuando algunas de las mujeres de su vida se reunieron y le compraron una. Dormía en un catre en el ático de Tuff Gong. Comprendía a la gente de la tierra.
Y por eso los pueblos de las Primeras Naciones (amerindios) de todo el planeta lo idolatran. A los indios havasupai, al fondo del Gran Cañón, les encantaba la música de Bob. Llevaron allí a su madre y a Tyrone Downie (tecladista de Bob Marley and The Wailers) justo después de la muerte de Bob para pasar un fin de semana en el fondo del cañón, cantando juntos la música de Bob y aprendiendo de ellos dos.
Hay una película maravillosa de eso, que me gustaría que publicaran algún día. Una cinta encantadora: los indios cantando con la madre de Bob Marley, y son simplemente exquisitos. Y Tyrone a lomos de un caballo por primera vez en su vida, franqueando un río…
Bob era un hombre del pueblo, entendía la pobreza. Fue un niño abandonado, echado a su suerte desde los cinco a los siete años en las calles de Kingston. Y eso te puede volver muy malo muy rápido.
Te conviertes en un carterista o algo peor. Pero en el caso de Bob, le dio una empatía por los que sufren, esa gente que vivía en la pobreza sin tener la culpa, simplemente porque eran pobres por “accidente” de nacimiento.
Y Bob les dio razones para tener esperanza. Y muchas de sus canciones están llenas de esperanza, creencia y fe: Every little thing gonna be alright.
Si crees eso, si haces de eso tu mantra personal, funcionará. Sucederá. Y Bob es la banda sonora de eso.
Tu visión de plasmar historias orales se debe al dicho de que en Jamaica no hay hechos…
No hay hechos, solo versiones, solo versiones. Es como la cara B de los singles, todos se llaman versiones, las pistas instrumentales en la cara B de los discos.
No hay hechos en Jamaica, solo versiones.
Supongo que tenías eso muy, muy presente cuando decidiste escribir el libro So Much Things To Say.
Sí, porque el libro está lleno de contradicciones. Porque yo no estaba allí, Alfredo, cuando ocurrió todo lo que se narra; tú no estabas cuando hicieron Simmer Down, por ejemplo.
Tú hablas con la gente que estaba en la misma habitación, y te cuentan tres historias diferentes, tres personas diferentes. Yo quería que el registro histórico fuera preciso en las palabras de las personas que estaban allí, y dejar a los historiadores averiguar quién de ellos, cuya memoria les iba fallando, estaba diciendo la verdad.
¿Estás, de alguna manera, dejando también que sea el lector quien saque sus propias conclusiones y juzgue a los protagonistas?
Tú sí entendiste, Alfredo. Y traté de no tomar partido, excepto cuando realmente sabía la verdad. Ya sabes, y dije, “bueno, este relato no concuerda con algo en lo que otras personas están de acuerdo”, y busqué presentar eso.
Me tomó 15 años escribir ese libro. Y, ¿sabes?, es el primer libro de Marley en chino. Le cambiaron el título a The Reggae King (El rey reggae). Tuve que demostrar a la editorial en China que el rastafari no es una religión, que es una forma de vida, como el vegetarianismo, para que permitieran su publicación.
Wow, lo sé, me imagino… es un mercado enorme y mucha gente aún quiere saber más de él (Marley)… Por cierto, tuviste la oportunidad de conocer y hablar con Bob y sus músicos. Me pregunto, ¿hay algo que creas que te faltó hacer o que habrías hecho si hubieras tenido más tiempo de estar con él, o hubo que no salió como esperabas?
Te diré. El mayor arrepentimiento de mi vida durante esas dos semanas que estuve con Bob, llevaba una bolsa con sus álbumes, entre estos Judge Not, su primer disco solista, y One Cup of Coffee, antes de que The Wailers comenzaran, y todos los primeros singles de los Wailers en los press originales de siete pulgadas y álbumes. En aquel entonces todo era manejado por un tipo llamado Don Taylor.
Taylor era realmente un gato malo. Mantenía a raya a los reporteros bajo fuertes modales, como dicen en Jamaica. Y nos dijo, en el primer día de las dos semanas que estuve con él: “no hablen con Bob, y si les pregunta algo, limítense a responder y no inicien conversaciones”. Yo lo comprendía: él (Marley) estaba muy, muy enfermo en ese momento, ya llevaba dos años y medio de tener cáncer y se le notaba.
Esa primera vez que salimos de gira con él, Hank y yo, nos transportaron en un autobús desde el hotel en el Sunset Strip en Hollywood a San Diego, que en aquellos días estaba a unas horas y media del sur de Los Ángeles, en la frontera con México.
Bob tenía un concierto esa primera noche que estuvimos con él en el San Diego Sports Arena. Hank y yo subimos al bus, caminamos unas cuatro filas y nos sentamos a la derecha, mirando hacia la parte trasera del vehículo, y luego Bob se subió, como de costumbre, antes que todos los demás. Se acomodó al otro lado del pasillo, un asiento más atrás que Hank y yo… pero no se nos permitía hablar con él…
Fue una agonía. Y bueno, a eso de una hora de viaje, agarré la bolsa de mis discos y la puse en mi regazo mirando, saqué los álbumes y los puse viendo hacia Bob, justo atrás de mí… y antes de darme cuenta, sentí un golpecito en mi hombro.
Bob me dice: “Déjame ver eso”. Metí todos los discos en la bolsa y se la entregué, y él se pasó ahí media hora viendo detenidamente cada uno de los materiales…
Wow.
Yo tenía un bolígrafo en el bolsillo que me estaba quemando el corazón. Sé que me habrían echado de la gira si de repente Don Taylor me hubiera descubierto pidiéndole algo a Bob Marley…
¿Crees que si le hubieras hablado quizás no se habría molestado ni nada de eso?
Bueno, pensé en ello, tal vez 78 mil veces. Debí haber sacado el bolígrafo y mirar a Bob e ir por ello.
Y si él decía que no, yo habría dicho, “está bien”. Siempre existió la posibilidad de que, ya sabes, él ya estuviera harto de andar dos horas en un bus.
En ese momento también pensé: “¿Qué es lo que tiene que hacer? Qué más da… Bueno, estaré de nuevo con él dentro de un par de semanas”, pero ya nunca hubo ningún momento así durante esa época en el que Bob estuviera realmente tranquilo sin que alguien lo abordara o realizando alguna prueba de sonido… Ya sabes, me sentía tan afortunado de estar tan cerca de él en la gira, que no quería desperdiciar esa oportunidad.
Pensaba: “Bueno, Bob viene a Los Ángeles cada año y ahora somos amigos”. Incluso él ya me tenía un apodo: Rojah (imita la voz de Marley, mezclando las palabras “Roger” con “Jah”). En mi mente, yo decía: “Está bien, Bob volverá el año que viene y ya tengo un plan”.
La lección de eso fue que cada vez que alguien venía a la ciudad, Peter, Culture, Spear, Bunny… lo primero que hacíamos, antes de hablar al aire o hacer una entrevista, era pedirles que firmaran sus discos. Por tanto, todos los álbumes de Bunny (Wailer) que tengo están autografiados, al igual que los de Peter (Tosh).
Tengo un póster firmado por 43 personas, incluyendo Bob y los Wailers. En el 78 los conocí (a la banda) en Santa Cruz, California. Y cuando le presté ese afiche al Museo Grammy, lo aseguraron por US$75 mil.
¿Hay alguna pregunta que te arrepientas de no habérsela hecho a alguien en tu libro? Me refiero a algún amigo de Bob, a algún familiar, un músico, etc.
No, porque muchas de esas entrevistas tuvieron lugar tras años, a veces décadas, de prepararme para ellas.
A ver, hablemos de dos mujeres: Beverly Kelso y Cherry Green. Intenté durante 20 años, Alfredo, hablar con ellas.
Están en 30 pistas de mis grabaciones y nunca ganaron un centavo, nada. Coxsone les daba a las chicas dos libras (moneda en aquel entonces) para que se hicieran un vestido cuando participaban un show en vivo. Y se enojaban y no las culpo.
Mis amigos de la WBAI, una izquierda muy progresista que se apoyaba en la teoría socialista comunista de Nueva York, los Midnight Ravers, finalmente consiguieron que conociera a Beverly Kelso, que vivía en el Bronx, en Nueva York. Ella todavía está viva, aunque ha estado muy enferma.
Ahora, en cuanto al tema de Beverly Kelso y Cherry Green, mucha gente hasta el día de hoy la llama Cherry Smith. Y culpo de ello a mi amigo Steven Davis, que escribió una de las mejores biografías de Bob poco después de su muerte, coincidiendo con el lanzamiento de los disparates de Timothy White. Davis pudo encontrar el apellido de Cherry cuando escribió su libro, así que la apellidó Smith.
Su verdadero nombre en realidad es Ermine Bramwell. La ortografía es como está en mi libro, lo verás. Ella tenía la piel clara. Recibió el apodo que le dan en el gueto a las mujeres de piel clara: Cherry. Y su medio hermano, porque tenía muchos medios hermanos y hermanas, se llamaba Green, así que se hizo conocida como Cherry Green.
Pero su verdadero nombre es Ermine Bramwell. Y volaron, mis amigos de la WBAI, volaron desde Florida para hablar conmigo. Y entre ella y Beverly, obtuve nueve horas de entrevistas.
Yo tenía preguntas, créeme, que había guardado durante 15 o 20 años. Veamos… esto fue, sí… hace 20 años, bueno, no… más de 30 años. Porque hice las entrevistas en el 2003, y descubrí su trabajo en 1973.
¡Vaya! Y pensé, “chico, si alguna vez me encuentro con Cherry y Beverly, voy a preguntarles esto y esto y esto”. Y pude finalmente hacerlo en un periodo de nueve horas. Logré hacerles muchas preguntas, y ellas fueron muy comunicativas, porque confiaban en mí. Los Midnight Ravers eran amigos de ambos. Uno de ellos es un jamaicano llamado Sir Henry Eccleston, un artista que creció con Bob en Trenchtown. Era amigo de Cherry y Beverly y fue el principal responsable de que se concertara la entrevista conmigo en el 2003.
Por tanto, a veces las preguntas se prolongan durante mucho, mucho tiempo, y cuanto más esperas, más matices aprendes mientras tanto, así que sabes cómo formular la pregunta para llegar a lo que puede que no hayan hablado públicamente antes. Y creo que el libro lo ha conseguido.
Mi idea original del libro, cuando se lo presenté a Norton (editorial) en 2002 o 2003, era que tenía unas 110 entrevistas con personas que habían estado personalmente relacionadas con Bob, y eso para mí era la materia prima de la historia. Y muchos escritores han venido a los archivos para investigar sus libros. Por tanto, pensé que si había un libro que tuviera todas las entrevistas que yo había hecho, ese sería la primera referencia a la que acudirían los historiadores. Y el editor, después… bueno, escribo sobre ello en la introducción, ya sabes, el accidente que se llevó todo y tuve que empezar de nuevo (un problema técnico en la computadora hizo que perdiera todo el material que ya había redactado).
Al editor no le gustó la idea. En última instancia, dijeron que lo hiciera como una historia oral normal, donde tienes varias voces diferentes y tú eres el narrador omnisciente sobre ella; la idea era ver si se podía lograr un libro de esa manera. Todo ese trabajo llevó otros seis o siete años.
Es una tarea ingente, ya sabes, y sobre la vida de alguien a quien admiro profundamente, pero como historiador, supongo que también tengo que mantener cierto tipo de objetividad. Tú también eres escritor, ¿no? Debes hacerte las mismas preguntas, ¿verdad?
Sí: ¿cómo equilibrar lo que te dicen con lo que pones en palabras, como lo que hablábamos antes, de llevar los hechos, y que sea la gente quien saque sus conclusiones, especialmente cuando se trata de periodismo? Les das los hechos y no les tratas de dar solo un lado de la historia.
¿Quién parece el más creíble cuando tres personas te cuentan la misma historia?… ¿verdad?
Han pasado 50 años desde ese descubrimiento del reggae y que fuiste a Jamaica. Además de los libros, has dado tours sobre la música reggae, has tenido una radio… ¿Cuál es el proyecto que más satisfacción te ha dado?
Oh, es una buena pregunta. Supongo que la historia oral (el libro) porque es el resumen de… bueno, salió en el 2017. Así que esos fueron los 72 años de mi vida. Ese fue el resumen de ese trabajo. Nací en 1942. No… entonces son 75, hay 75 años de mi vida en ese libro.
Eso, y como tú dijiste, la discografía que Leroy Pearson y yo hicimos sobre la base de (el libro The Definitive Discography).
Sí, te voy a mostrar el mío (procedo a enseñarle la portada de su libro The Definitive Discography)
A ver, hay dos ediciones: la estadounidense y la jamaicana. ¿Esta es la que compré? Tú tienes la edición de EE. UU. y yo la jamaicana.
¿Ves la diferencia en la portada? Los tres en fila en esta portada.
Los tres en fila en esta portada. Y ahora, tengo que, no sé cuántas personas públicamente saben esto todavía, pero he estado trabajando durante años en un proyecto enorme con Joe Biles y John DuBois y yo y coleccionistas de todo el mundo en un desglose verdaderamente definitivo de todo lo que se sabe que existe de Bob Marley y los Wailers.
Y hasta ahora, espera… son 6 mil páginas…. con fotos en color de cada una de las diferentes variaciones de la etiqueta y un desglose de quién está en cada pista y los números de matriz en todos los diferentes presses y lo que hace la diferencia en la canción real.
Se incluyen letras adicionales en una, tal vez un instrumento añadido en otra. 6 mil páginas, y todo está siendo reunido por Werner Kajnath. Es un británico-alemán que ha dedicado su vida a recopilar todo lo que Bob Marley ha hecho, y esperamos publicarlo en internet.
Esto sería un producto digital, para ponerlo a disposición de todo el mundo de forma gratuita. Como un wiki, o algo así.
Pero, hablando de obsesión… yo creía que antes estaba obsesionado… parezco aficionado en comparación con esto. Pero que haya tanto material es realmente muy creíble porque cada vez, supongo que cada año, descubro algo nuevo de Bob en YouTube, y no sé si es real.
Bueno, y con la inteligencia artificial ahora… ¿Quién va a saber más? Pero así es… Bob sigue siendo un regalo.
Sí, porque por ahí leí que hay una canción de bossa nova que escribió en Brasil, pero no se sabe si es real.
Bueno, puedes considerar Slogans como legítima. Lo encontré en la cinta del sótano de la casa de mamá (Cedella) Booker en 1989. Y fue justo después de su viaje, muy probablemente después de su viaje a Brasil, que hizo eso. Es tan solo una cinta de habitación es un casete de ensayo, pero es un tema hermoso. Deberían haberlo lanzado hace mucho tiempo. Diles a todos los corazones débiles que se alejen de mi puerta. Simplemente no puedo.
También hay unos supuestos demos, como las sesiones de Wounded Lion (león herido). ¿Son reales? No lo sé…
Sí, fue en 1977, cuando estaba en Londres (Reino Unido) y tocaba con un grupo de músicos de reggae londinenses.
Vale, sí. Y eso fue justo después de descubrir que tenía cáncer: “Soy como un león herido en la jungla” (menciona un fragmento de la canción).
De acuerdo, ¡interesante!
¿Has oído I’m Loose? Con las dos mujeres en la habitación de un hotel y Delroy Washington (músico que colaboró con los Wailers).
Suena como si (Bob) estuviera golpeando un cubo de basura boca abajo y estuviera coqueteando con ellas. Está inventando nuevas canciones. Dura unos 11 minutos.
(Delroy) no se acuerda de nada. Hablé con él hace años y le pregunté: “¿Quiénes eran las chicas que estaban con él?” Y me respondió: “Ni siquiera recuerdo haber estado en la habitación”. Se puede escuchar a Bob decirle: “Hey, Delroy, toca un poco más”.
Roger, quizás esta pregunta sea algo incómoda para hacerle a un historiador de reggae, porque acaba de salir esta película (One Love)… Ya de por sí, hacer una cinta sobre un artista es difícil, para empezar, sobre todo cuando se trata de plasmar en dos horas solo un fragmento de su historia; es difícil. Pero vi la película y me pareció lo opuesto a tu libro.
(Interrumpe la explicación y rompe en carcajadas) Eso lo dice todo.
¿Qué piensas?, ¿cuál fue tu impresión?, no sé si viste la película…
La he visto dos veces. Una fue en el Sindicato de Actores de Cine, porque soy actor, junto a 400 personas. Y me sorprendió cuando terminó.
Hubo un aplauso leve que duró tal vez 10, 15 segundos. Luego la vi en un teatro grande con seis personas. Una experiencia muy diferente, pero pude estudiar las escenas.
Puedo decirte todo lo que siento sobre esto en tres palabras: es un musical.
Sí, también me dio esa impresión.
Si vas a ver esta película pensando que vas a conocer la verdadera historia, se están aprovechando de ti. No es un filme real en la mayoría de los aspectos importantes, fuera del hecho de que le dispararon. Así que, en realidad, es como otra versión más de la historia.
Sí, porque, por ejemplo, hay una parte donde están presentándole sus primeras canciones al productor Coxsone (Dodd)…
Uff, eso fue terrible. Su hija (Morna Dodd) está demandando a Paramount Pictures por difamar a su padre.
En la escena, están tocándole una canción, pero no está muy convencido, y de pronto salen con Simmer Down ya preparada…
¿Te has dado cuenta de que (en la escena) hay tres mujeres en Simmer Down? En realidad, era solo Beverly, quien apenas llevaba 24 horas de ser una Wailer cuando eso ocurrió.
Y (la película) hace que parezca que las tres estaban con Bob en 1964. Además, se refieren a que Joe los trajo.
No fue Joe Higgs. Joe y Coxsone habían tenido una terrible pelea cuando Joe tuvo ese gran éxito con There’s a Reward. Él fue con Coxsone por regalías y este abrió el cajón de su escritorio y sacó una pistola y lo golpeó en la cara; casi lo deja ciego.
Joe estuvo en el hospital durante semanas. Pensó que iba a perder la vista. Así que la idea de que Joe llevó a los Wailers a Coxsone es una total tontería y realmente vil hacia Joe.
Fue Seeco, Seeco Patterson (percusionista de los Wailers), quien lo trajo. Está en mi libro. De hecho, él mismo dice que la película se centra mucho en el concierto One Love, del cual apenas se muestran dos o tres segundos en los créditos.
¿Y qué hay de esa parte donde un muchacho le pide perdón por haberlo intentado asesinar?
Bueno, te diré cuál es la verdadera historia.
En la gira de 1978 en Europa, un tipo se acercó tras bambalinas en uno de los shows y le dijo a Bob que él había sido parte de la banda que vino a matar a Bob, pero no pudo encontrar su arma. Bob lo perdonó y se lo llevó con él por el resto de la gira europea.
Así que esa parte se basa en hechos, pero está contada (en la película) de una manera totalmente incorrecta.
Interesante. Gracias, Roger. Y antes de seguir con las otras preguntas, ¿cómo abordarías una película sobre Bob?
No lo haría. Tendría que ser una miniserie de ocho partes.
Ahora, procede.
¿Qué piensas del documental de Kevin McDonald (Marley, 2012)?
Estuvo… estuvo bien. Pero ¿sabes? Ni siquiera mencionan que ganó la Medalla de la Paz de Naciones Unidas. ¿No crees que eso fue una parte muy grande de la vida de Bob?
Y luego pasan 24 minutos mostrándonos cómo muere. Los rastas no se meten con la muerte; ni siquiera mencionan la palabra. Es como en la película que están haciendo sobre mí desde 1999, que se llama Livicated. No dices “dedicado”, sino Livicated (en español, es algo así como dedicado en vida, “Vivicado”).
A ver, me descarrilé un poco, pero, en fin, realmente se necesita una serie de ocho partes.
Um, los últimos 24 minutos del documental McDonald podrían haber sido mucho mejor utilizados con más material del concierto de Amandla (Boston, 1979) y de algunos de los últimos shows de su vida. Y en lugar de eso, nos llevan a Baviera (Alemania) para verle morir…
Pero bueno, la primera parte de la película es buena. Uno de los mejores documentales es Rebel Music de Jeremy Maher, de 1986. Creo que está en YouTube.
Y en realidad, sí, si quieres ver una película que va desde el intento de asesinato hasta el concierto de paz One Love y cuenta la verdad con los principios implicados en ello, entonces ve a internet y mira ReMastered: Who Shot the Sheriff
Lograron entrevistar a Edward Seaga (primer ministro de Jamaica entre 1980 y 1989) justo antes de que muriera. Y tal vez Seaga estaba tratando de decir algunas verdades al final de su vida, porque básicamente comenta en la cinta que siempre ponía en medio a dos personas entre él y las cosas que sucedieron cuando le preguntaron si sabía de antemano quién dio la orden de matar a Bob.
Así que eso es lo más cerca que estuvo de admitir conspiración por su parte. Y creo que es un documental muy importante por eso. En esta película están Vivian Goldman (primera publicista de Marley en el Reino Unido), Jeff Walker (periodista y publicista) y un montón de gente que saben de lo que están hablando.
Por eso, es una especie de material de acompañamiento a mi libro. Es el primer lugar que envío a la gente cuando me preguntan “¿qué debemos ver primero en Bob?”.
¿Aún no la has visto?
No
Oh, oh, te va a encantar.
Roger, ¿qué es esa cosa que resuena en ti cada vez que inicias un proyecto en el que aprendes más sobre Bob y su gente y sus músicos? ¿Cuál es ese mensaje recurrente, esa lección, quizás? ¿Cómo la resumirías en una oración?
Es, es ridículamente simple. Es lo que todos los sabios de todos los tiempos conocían. Es lo que John Lennon cantaba sobre la única otra persona en el siglo XX con la que puedes comparar a Bob.
El amor lo es todo. El amor lo es todo. Todo lo que necesitas es amor.
El amor es la respuesta definitiva. Sin amor, no hay nada en absoluto. El amor.
Es así de simple. One Love. ¿Por qué crees que la BBC eligió One Love como himno del milenio? Porque es la canción que la gente de todo el mundo en las 24 zonas horarias conoce.
Y eso es lo que hicieron. Comenzaron su cobertura a medida que cada zona horaria entraba en el siglo XXI con gente en Fiyi, en Gabón, en Martinica y en Tokio cantando One Love. One Love.
Así de simple. Es un cliché. ¿Y por qué es lo más difícil de lograr en el mundo? Por lo tanto, depende de la gente que difunde el mensaje de One Love, como tú y todos los amantes del reggae de Guatemala, de no rendirse nunca, no perder de vista ese premio de convertir el mundo en un lugar donde el amor reine supremo, y todos seamos hermanos y hermanas.
Todos somos hermanos y hermanas. Así que tienen ustedes un papel importante que desempeñar. Realmente lo tienen.
Sí, gracias, Roger. No sé si quieres agregar algo más…
Pues sí, tengo que anunciar algo: por fin he cerrado el trato para vender mis archivos a Jamaica y convertirlo en un museo en Montego Bay… Sucedió a principios de esta semana (finales de marzo del 2024).
He estado tratando de realmente llevar esto a una conclusión ahora durante los últimos seis años, y es muy emocionante. Voy a cumplir 82 años en junio, y espero vivir lo suficiente, al menos para abrir las puertas del museo. Me dará una razón para vivir muchos años.
Entonces, ¿todo se mudará a Jamaica?
Todo. Todo. Siete habitaciones de nuestra casa (en Los Ángeles), del suelo al techo.
Además, en 2001 tuve una enorme exposición en el Queen Mary (centro de convenciones), y sacaron 6.000 cosas de la casa, las enmarcaron y han estado almacenadas desde entonces. Son las cosas más preciadas de la colección. Así que se añadirán a todo lo que he reunido en los 25 años desde entonces.
Todo eso se convertirá en un museo en Montego Bay. Estoy encantado de que finalmente vaya a suceder.
¿Y quién estará a cargo?, ¿el Gobierno de Jamaica?
No, no, no. No dejaría que lo hiciera el Gobierno. El Gobierno se ha negado a hacer nada en los últimos 50 años.
¿Sabes? Un hombre llamado Joe Bogdanovich lo compró. Es dueño de los festivales Some Fest y Sting, y es un viejo amigo mío. Lo conocí a principios de los 80. Solía ser un gran fan de nuestro programa radial. Su abuelo murió y le dejó un montón de dinero, y entonces se mudó a Jamaica y compró a Sting (el festival) y lo “limpió”: no más homofobia, no más misoginia, no más tiroteos, lenguaje libre de palabras soeces.
Y luego compró Some Fest, que fue el sucesor de Sun Splash. Y ha estado dirigiendo esos dos festivales durante muchos años. Quería construir el museo en un terreno adyacente al estadio donde se celebra el Some Fest, pero el Gobierno, que es el propietario de esa tierra, no se lo quiso dar. Le dejaron solo durante seis años. Lo siento mucho por él.
Realmente no quería que se construyera allí porque está al nivel del mar. En estos tiempos en los que está subiendo el agua, no queremos que nada esté al nivel del mar. Ahora estamos buscando una colina en Montego Bay, donde estaría a salvo de todo eso. Tendrá acceso a los cruceros y turistas.
Sí, tendrá más exposición. ¡Y felicidades! Realmente me alegra mucho por ti. Espero que podamos verte.
Oye, quizás nos podamos juntar.
Solo quiero preguntarte algo más, hablando de eso… ¿Qué se siente cada vez que un artista o incluso alguien de la familia Marley visita tu archivo?
Bueno, Keith Richards (guitarrista de los Rolling Stones) vino aquí a grabar un video en mi casa.
Me sentí muy bien. Tenía una lista de cosas que tenían que estar en la casa cuando viniera, ya sabes, papeles para escribir y cierto tipo de cerveza y Stoli (marca de vodka). Sí, ese fue el día que nunca olvidaré.
¿Cuándo ocurrió? Sucedió alrededor de mayo del 2011. Estaba trabajando en el proyecto Wingless Angels con Justin Hines, el álbum Nyabinghi. Quería hacer un video para ponerlo en el paquete, un gran box set de madera…
Asocio a los Rolling Stones con Peter Tosh…
Sí, Mick (Jagger, vocalista) y Peter grabaron juntos Don’t Look Back. Es una pena que (la relación) se viniera abajo.
Tosh desconfiaba de todas las discográficas y al final pensó que no hacían lo suficiente para promocionarlo. Y ¡Dios mío!, hasta se lo llevaron de gira como teloneros… Ya sabes, estaban tocando para 50 mil personas y venía con ellos Peter Tosh.
Me parece que estaban intentando ayudarlo a construir su carrera, ya sabes, pero Peter era una persona difícil de tratar.